LA RÍA DEL SOR. PARAÍSO VIRGEN
REDACCIÓN LANDRO
La Ría del Sor
Bienvenido a la ría más virgen, la joya da la Corona, la inmaculada de Galicia. Es el diamond hope, diamante esperanza, Tavernier Blue, de intenso azul. Entrante y salida de agua que moja la costa de Mañón y O Vicedo.
Donde se abrazan el Mar Cantábrico y el Océano Atlántico, unión de 4 señoras: Lugo y A Coruña, A Mariña y Ortegal por medio del río Sor, que viene de –sar, síntoma de acuático. En verano refrescante, en invierno bucólica.
En su interior y boca, rodeadas, encontramos dos islas, mágicas y místicas. Habitadas en el pasado por monasterios. La de San Martiño con una de las primeras comunidades religiosas femeninas de la historia, de Orden Benedictina dependiente de San Paio de Antealtares. Y la de la Coelleira, nombrada como Quonicularia en 1095, habitada por monjes de San Agustín en 1420 ata 1485 que renuncia Lopo Dourado y fusiona con otro cenobio, también por Templarios, o según constancias en 1628 por pescadores vascos, son numerosas leyendas sobre la aparición de un cuadro, la casa del paisano, ataques vikingos y decapitaciones tras las persecuciones.
La bañan playas de auga turquesa y arena blanca, Xilloy, Caolín o Vidrieiro, Playa do Castro, Vilela, Bares o bravas como Esteiro o San Román, las mansas Arealonga y Abrela, o las inaccesibles Pereira y Toxoso. Acantilados como el Fuciño do Porco, la ensenada da Cova do Pan, o la Estaca de Bares, el punto más al norte de Iberia…
La Ría fue unida por la mano del hombre a través de puentes. Uno de origen romano, llamado do Porto, reconstruido en época medieval. Otra de Hierro, emblema de vanguardia industrial conseguida gracias a Fdz Latorre fundador de La Voz de Galicia, costó 528.000 pts, iniciado en 1891 por el ingeniero Eugenio Van de Eyde, e inaugurado en 1901.
En su inicio, crea unas “Ribeiras do Sor” llenas de fauna y flora autóctona, en donde se construyeron casi una docena de refugios, con senderos a sus bordes, puentes colgantes o la que se cree la casacada más grande de Galicia, Augas Caídas, un desfiladero desde donde podemos ver águilas volando. En su etapa media el río crea un masma o manglares para juntarse después a mar y océano.
Son varios los pueblos que asoman a su costa:
O Vicedo, con este nuevo nombre desde 1952 antes Riobarba. Allí nacieron, Alonso Pérez de Vivero, relevante personaje de la corte, en su Palacio de Valladolid se casaron los reyes católicos. O Gómez Pérez das Mariñas, Gobernador de Filipinas, navegante y conquistador. En patrimonio tiene las Iglesias de Riobarba y Cabanas, fundadas en 1392 por Fernán Pérez de la Casa de Andrade, con dos cerdos, jabalí simbólico gallego. Posee además las mámoas de Monte Padró y Campo dos Lagos, Castros como el de Suegos o Caolín, la torre de Ruño…
O Barqueiro, una de los pueblos más bonitos de Galicia, puerto marinero de colores, construcciones típicas e historias saladas.
Bares, milenario puerto ballenero, hasta el 20 de Agosto de 1955 no chegó a luz, antes alumbranban con aceite de hígado. Aquí se asentó a los pies de la playa una factoría romana de Garum, dicen que es el Burum Estrabón. En su coído de piedra, un puerto natural desembarcaron fenicios o romanos, hasta los americanos vieron un punto estratégico, operando con base militar, primero con el capitán Robert Palmer desde 1961 hasta 1977. Sitio de Faro y Semáforo.
Mañón, desde sus Grañas profundas hasta las marismas, acoje la segunda plantación de Camelias más grande del mundo en Torre da Lama, hogar del pionero de la arqueología en Galicia, Federico Maciñeira Pardo da Lama. Tiene pazos coma el de San Fiz, una de las primeras fábricas de conservas, o un legado indiano desconocido, la sociedad Unión Mañonesa fundada en 1909, en 1929 su edificio que hoy es un albergue, se ven además de varias edificaciones del estilo.
Sus hombres navegaron por el mundo, llevando latente su relación de simbiosis con el mar. En el fondo de sus aguas duermen la siesta hace anos, submarinos, avionetas, navíos, costeros, barcos de pesca, de entre guerras y de mercancías de siglos pasados… un cementerio único de pecios marinos.
Riqueza para la vida humana, el ocio y la producción, con baños, actividades de sedentarismo, pesca y marisqueo, embarcación, bici, motor, submarinismo, surf, remo… Descanso, placer, deporte y salud, en un oasis de paz, conexión y desconexión.
El río desemboca formando una serpiente. Entre él y el mar, esculpen a su paso una maravilla de ecosistema, dibujando uno de los parajes naturales más increíbles del continente Europeo. El propio Cunqueiro lo describió como uno de los siete ríos del paraíso.
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